el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 9 de mayo de 2018

TRASNOCHE DE SUPERHEROES

Hacía bastante que no leía comics de superhéroes, no? Bueno, hoy voy con dos.
Arranco a principios del 2000, cuando Dan Jurgens se hace cargo de los guiones de Captain America para iniciar una etapa bastante interesante, luego republicada en tres tomos. El Vol.1 empieza con dos sagas dibujadas por Andy Kubert, en un estilo estridente, pasado de rosca, más al palo incluso que en aquella etapa de Ka-Zar que vimos hace un tiempo. Por suerte el esfuerzo de Kubert por impactar todo el tiempo al lector no se convierte en un obstáculo para que la narrativa fluya, pero en un punto se contrapone un poco con estos primeros guiones de Jurgens que son muy clásicos. Las dos sagas que dibuja Kubert (una con Falcon contra el Hate Monger y una con Ka-Zar contra el Count Nefaria) me dejaron gusto a poco, pero me parece que tiene más que ver con los guiones de Jurgens que con los dibujos de Kubert. Aún así, a lo largo de ambos arcos, Jurgens se ganó mi confianza con los subplots: el de Sharon Carter, el de Protocide y el de Connie Ferrari, el nuevo interés romántico del Capitán.
En el anteúltimo episodio de este TPB, el primero dibujado por el propio Jurgens, el plot de Protocide cobra protagonismo y cuando parece que el autor se va a concentrar en eso, tenemos un último episodio que derrapa, que agarra para otro lado y termina siendo bastante mediocre. Lo mejor del TPB, paradójicamente, es un unitario en el que Jurgens desactiva un rato los subplots para contarnos una historia ambientada en la Segunda Guerra Mundial. Es un episodio bien clásico, simple, efectivo, atemporal, a años luz de la mayoría de los comics que surgían del mainstream en el 2000, muy jugado a la emoción y dibujado como los dioses por el gran Jerry Ordway.
A partir del Vol.2, vamos a tener a Jurgens como autor integral en casi todos los episodios, y no, ni en pedo Captain America va a llegar al nivel que en esta misma época Jurgens nos regaló en Thor. Pero con la saga de Protocide y otras aventuras (que leí hace mil años y ahora no me acuerdo), y con los dibujos siempre decentes del hombre que boleteó a Superman, esta serie va a mantener una calidad más que aceptable (creo), desde un enfoque bastante tradicional, bien superheroico, sin saltos al vacío, lo cual en esa época no era poco.
Allá por el 24/11/15, me tocó leer el Vol.1 de Jellykid y me pareció muy flojito a nivel guión. Hoy, con 117 páginas más leídas, no sé si Franco Viglino mejoró como guionista, o si me pareció mejor porque entré esperando menos. Un aspecto en el que definitivamente este tomo sumó puntos es el de las escenas de acción, que en el Vol.1 escaseaban bastante. Estos episodios se acercan un poco más al típico comic de superhéroes apuntados al público adolescente, en lo bueno y en lo malo. Si no fuera porque los personajes se tratan de vos, uno se podría convencer de que Jellykid es un comic yanki, al que se olvidaron de ponerle color.
Viglino está absolutamente afianzado en su estilo gráfico y no falla nunca en la narrativa. Cuenta la historia con buen ritmo, sabe meter las pausas, sabe dónde y cómo impactar. Le falta simplemente ser mejor guionista, o formar dupla con un guionista un poco más curtido. Eso va a potenciar a Jellykid, a despegarlo de las fórmulas más obvias, más trilladas, a darle antagonistas, conflictos, personajes secundarios y diálogos más originales, más frescos, más atractivos.
Por supuesto me doy cuenta de que Jellykid es un comic apuntado a chicos de 12 a 15 ó 16 años, lectores en su mayoría neófitos, que seguramente no compararán la labor de Viglino con la de los grandes maestros (clásicos o vanguardistas) del comic de superhéroes. Pero uno que leyó, que conoce más o menos cómo funciona el género, le encuentra a Jellykid esa falla: la falta de originalidad, de riesgo, de ganas de dejar una marca en la historieta ya sea argentina o global. Claramente a nivel visual, Viglino tiene con qué imponer un estilo. Sería un golazo que a nivel argumental pudiera levantar el mismo vuelo (o alcanzar la misma profundidad, ya que buena parte de las aventuras transcurren bajo el agua).
Volvemos pronto con nuevas reseñas, acá en el blog.

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