el blog de reseñas de Andrés Accorsi

sábado, 14 de octubre de 2017

TARDE DE SABADO

Por primera vez desde aquel mítico 2010, este año no pude asistir a Crack Bang Boom, así que estoy acá en Buenos Aires, atravesando uno de los findes más tranquis del año. Y bueno, aprovecho para leer y para postear reseñas de algunas cositas que leí en la semana…
Me clavé el Vol.2 de ¡García!, el díptico cuya primera mitad comentamos el 30 de Abril de este año. La verdad que mientras leía el Vol.1, se me despertó la sospecha de que Santiago García y Luis Bustos, en su afán de crear una obra extensa, enorme en cantidad de páginas, se estaban arriesgando a complejizar la trama al pedo, a meter personajes que después no iban a poder desarrollar, o que en el global de la historia no iban a tener un peso real. Bueno, nada que ver. Este segundo tomo juega mucho menos al metacomic, hace mucho menos hincapié en que García y Jaimito tienen esa extraña dualidad de haber sido considerados meros personajes de historieta cuando en realidad eran humanos de carne y hueso, y profundiza mucho más en la intriga política que pone en jaque a España y fuerza el regreso de este “super-cana” ideológicamente alineado con la dictadura de Francisco Franco.
Además de muchísima acción, ¡García! nos ofrece pequeños pero potentes instantes de reflexión, acerca de cómo cambió España en los últimos 60 años, de aquel país facho y cuasi-oscurantista a un país moderno y pujante… en el que también hay varios obstáculos a la hora de que la prosperidad se reparta pareja entre todos, principalmente la corrupción y la venalidad atroz de los gobiernos supuestamente democráticos. En el contrapunto entre la España antigua y la España actual, García acierta al no idealizar a ninguna de las dos.
Ya hablamos bastante en la reseña del Vol.1 del dibujo de Luis Bustos, así que alcanza con decir que en ningún momento baja el impresionante nivel que vimos en aquella primera mitad. Una bestialidad, una cátedra comiquera quintaescencial realmente difícil de describir con palabras. Recomiendo muchísimo la lectura de ¡García!, una obra maestra en muchos sentidos, y ya tengo esperando turno otra novela gráfica de Luis Bustos para seguir bancando a este alucinante autor español.
Ahora sí, llegué al último libro de los publicados en Argentina en 2016 que me faltaba leer (seguro dejé alguno afuera, pero bueno, ya vendrá, o no me interesó como para leerlo). Y es nada menos que Yanayag, un voluminoso tomo con una saga completa y cuatro historias autoconclusivas, todo escrito por Eduardo Mazzitelli y dibujado por Quique Alcatena. Entre las cuatro hsitorias cortas, se destaca claramente Horizonte Final, y el resto también está muy bien.
Pero vamos a la saga de Yanayag, una historia de hechicería, conjuros, maldiciones y duelos entre brujos… que en realidad están ahí para maquillar de aventura fantástica una trama signada por la ambición, el poder, el orgullo y los amores no correspondidos. A lo largo de toda la obra, el interés crece cuando Mazzitelli pone el foco en la intriga palaciega y decrece en ese tramo del medio, cuando Yanayag ya adolescente sale a vivir breves aventuras cuasi-autoconclusivas, rodeado de personajes secundarios pensados para durar un sólo episodio. Por suerte, en el tramo final el personaje vuelve al reino donde Mazzitelli venía cocinando a fuego lento el núcleo dramático de la obra, y desarrollando a personajes realmente complejos y atractivos (la reina Nustifari quizás sea el personaje femenino más logrado en la extensa carrera del guionista). El final es inapelable, redondísimo, justo y despiadado en partes iguales. Como suele suceder en la obra de Mazzitelli, el único déficit es que, al desenfatizarse tanto la machaca, vemos al héroe sufrir poco, transiprar poco la camiseta para vencer los retos y los obstáculos que le plantea el guión.
Por el lado del dibujo, una vez más tenemos a Alcatena en su salsa, dispuesto a imaginar y regalarnos infinitos reinos fantásticos, con sus palacios, fortalezas, criaturas, armas y vestimentas, siempre originales, siempre conmovedores por el volumen de trabajo y por la destreza técnica con la que nos los presenta el artista. Como cada vez que tiene la posibilidad de trabajar en historias ambientadas en mundos fantásticos, la inagotable imaginación de este orfebre del plumín se pone la historieta al hombro y nos deslumbra como sólo él sabe hacerlo. Sumésmosle los hallazgos en materia de puesta en página y armado de las secuencias, y estaremos hablando de páginas que superan muy ampliamente la media de lo que suele verse en los “contenittore” italianos, que son las publicaciones donde se dan a conocer originalmente las obras de Alcatena y Mazzitelli. Una vez más, gracias por la magia.
Y tengo un par de libritos más listos para reseñar, así que en una de esas mañana o el lunes feriado clavo otro post. Hasta entonces.

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