el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 14 de noviembre de 2013

14/ 11: CUORI DI CARNE

Retomo el tema del sexo, con un recopilatorio de historias cortas de la italiana Laura Scarpa, englobadas por la temática sexual. Realizados entre 1998 y 2000, estos 14 relatos breves (ninguno supera las seis páginas) son bastante soft para ser porno y bastante zarpados para ser eróticos. Algunos casi prescinden por completo de los elementos centrales del porno (primeros planos de penetraciones, genitales y eyaculaciones) a tal punto que podrían publicarse no en Genios ni en Billiken, pero tranquilamente en una revista “careta” tipo Gente o Noticias. Por otro lado, las historias que sí apelan a los elementos típicos del porno, los desenfatizan bastante. No está ese morbo, esa cosa perversa, caliente, pegajosa, de lujuria pasada de rosca con la que uno se encontraba en las historias cortas de la Kiss Comix, por citar una revista de historieta porno que todos leímos (con una sola mano) alguna vez. Probablemente porque las historias de Cuori di Carne están contadas por una mujer, con una sensibilidad distinta de la del típico pajero que consume comic porno, es que no pegan tan fuerte las escenas intencionalmente hot, en las que Scarpa sale decidida a parar pijas y humedecer conchas.
Se me dirá “te lo están vendiendo en una colección llamada Clásicos de Erotismo, se supone que es algo más light que el porno”. Y yo diré que sí, que entiendo perfectamente la diferencia entre erotismo y pornografía, pero que si en la segunda página me ponés un plano detalle de una poronga eyaculando, estamos hablando claramente de lo segundo. Con eso en mente (no con la poronga, sino con la convicción de estar frente a una obra abiertamente porno) uno esperaba bastante poco de los guiones. En cinco páginas rara vez se pueden escribir obras maestras y menos cuando todo tiene que ir para el lado del garche. Sin embargo, Scarpa me sorprendió. Primero por lo que decía antes de cómo desenfatiza elementos porno que podrían garpar muchísimo a la hora de hacerle zumbar la entrepierna al lector. Y segundo porque en esas situaciones atípicas, que le escapan a la obviedad hegemónica del género, la autora encuentra algunas escenas realmente atrapantes, profundas, originales, dignas de una historieta prestigiosa, de fuerte impronta autoral. Ahí rescato y destaco a 144, In Ginocchio, Lunedí, Sotto le Stelle, y la mejor de todas, Caro Roberto.
Entre los recursos que maneja Scarpa para restarle impacto y morbo a las escenas hot que nos relata, el más notable es la puesta en página, siempre generosa en cantidad de viñetas, donde no escasean las grillas de 12 cuadros y los trucos narrativos heredados de maestros que nada tienen que ver con el porno, como Miguelanxo Prado o Carol Swain. Y lo otro muy raro, el otro recurso del que Scarpa abusa un poco, es el cambio constante en su estilo gráfico. La autora varía mucho el registro de un unitario a otro y recorre estéticas que por momentos la acercan a un Montesol, por momentos a un Alfredo Pons, más adelante a un Alex Varenne, a Ana Miralles, y por supuesto a los citados Prado y Swain. En este amplio abanico, se ve como constante un inmejorable criterio para la aplicación de los grises, un gran dominio del claroscuro (no sé por qué cuando laburó con Trillo lo hizo a color, porque esto se ve mucho más interesante) y un gran talento para estilizar, para interpretar y darle expresión (y a veces vuelo poético) a estas personas (más personas que personajes) cuya intimidad nos expone.
Cuori di Carne no te cambia la vida, no te hace ni mejor lector, ni mejor ser humano, ni mejor pajero, pero está bien para descubrir (si no la conocías) a Laura Scarpa y para ver a qué tiene gusto el porno cuando la mano que desviste a los personajes es una mano de mujer.

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