el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 22 de noviembre de 2010

22/ 11: RUPAY


Vuelvo a concentrarme en el comic latinoamericano reciente y esta vez me toca estremecerme con Rupay: Historias Gráficas de la Violencia en el Perú 1980-1984. Ufff… esto es verdaderamente jodido! Menos mal que vengo leyendo mucho Scalped, si no, no sé si me lo aguantaba hasta el final.
Rupay se inscribe en el género de la historieta documental, ese espacio en el que brilla con luz propia el impresionante Joe Sacco, pero que encontró su correlato en Latinoamérica con este trabajo de Jesús Cossio (guión y lápices), Luis Rossel (guión y tintas) y Alfredo Villar (guión). Las historias de la sangrienta lucha armada entre Sendero Luminoso y las fuerzas militares peruanas son muchas y muy cruentas. Este trabajo de Cossio y su equipo no sólo nos narra varias de ellas con tremendo realismo: también discute con la versión oficial de los hechos, agrega datos que esta oculta, subraya inconsistencias, expone complicidades e impunidades de quienes tenían que investigar y juzgar estos hechos aberrantes. Más que un mero relato, más que un texto histórico, Rupay es en sí mismo un documento, porque los autores aportan datos fehacientes que dan testimonio de hechos que la historia oficial parece ignorar y se esfuerza por olvidar.
A diferencia de los comics de Joe Sacco, en los que los bloques de texto básicamente cuentan la historia y el dibujo nos ilustra algún aspecto de lo que narran los textos, en Rupay los dibujos de Cossio se cargan al hombro buena parte de la responsabilidad a la hora de llevar a buen puerto la narración. Abundan, por supuesto, los bloques de texto, y casi siempre son estos los que aportan los datos más relevantes para la comprensión de lo que sucede (algo sumamente útil para los que, como yo, ignorábamos la magnitud del conflicto). Pero hay extensas y memorables secuencias en las que es el dibujo el que cuenta, expone y desnuda los trágicos hechos de Rupay. Y Cossio se las ingenia para que sus imágenes nos transmitan sensaciones que las palabras jamás nos podrían transmitir.
Son casi todas sensaciones espantosas. Rupay no da tregua, ni en la última viñeta. De principio a fin presenciamos matanzas, crímenes, traiciones, violaciones, fusilamientos, asesinatos de bebés, torturas y el in crescendo brutal de un enfrentamiento ideológico en el que todos pierden, especialmente los postergados, los humildes pobladores de las regiones serranas. Al atraso cultural y a las carencias sanitarias, educacionales y hasta alimentarias, estos campesinos deberán sumar también los horrores de una guerra sucia, en la que muchísimos inocentes pagarán con sus vidas el sólo hecho de estar ahí, en medio de un conflicto entre un movimiento revolucionario de extrema izquierda y un gobierno supuestamente democrático que no tiene reparos en allanarle el terreno a los militares para desatar una contraofensiva escabrosa y letal.
Gracias a este desgarrador trabajo, y a su estilo puntilloso, detallista, de gran rigor documental, Jesús Cossio se ganó el mote de “el Joe Sacco peruano”. Pero en sus trabajos para distintos fanzines (incluído El Cerdo Volador, creado por el propio Jesús), descubrimos a un Cossio distinto, mucho más expresionista, volcado a una experimentación radical, a veces muy fumada, otras veces con gran lirismo, con un amplio registro gráfico y con comics realizados con distintos materiales, distintas técnicas y sin la menor intención de documentar masacres y genocidios. Incluso muchas veces no se le nota ni siquiera la intención de contar una historia. El Cossio under tiende a la no-historia, al sinsentido surreal, al delirio en estado puro. Lo cual te puede dejar con gusto a poco, si no fuera por lo bien que dibuja.
Jesús Cossio es otro autor de nuestro continente al que conviene prestarle muchísima atención. Espero ansioso su próximo trabajo.