el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 29 de abril de 2010

29/ 04: PICTURES THAT TICK Vol.1


Dibujante, ilustrador, fotógrafo, escultor, diseñador gráfico, cineasta… No descubro nada nuevo si digo que Dave McKean es uno de los artistas más completos y más notables que hay hoy sobre la faz de la tierra… Y por supuesto, a los que lo descubrimos gracias a sus historietas allá por fines de los ´80, nos gusta sobre todo leerlo en este medio, ya sea solo o con Neil Gaiman, el guionista con el que hizo casi todas sus obras en colaboración.
Este impresionante libro editado por Dark Horse reúne las historias cortas realizadas por McKean en solitario entre 1990 y 2001, mes más, mes menos. “Cortas” en un sentido laxo del término, ya que hay una historieta de 32 páginas (la excelente Bitten and Bruised) y una de 48 (la del ojo), lo suficientemente extensa como para que en Portugal la hayan editado en álbum. El resto de las historias tienen menos de 16 páginas, y de hecho varias tienen sólo dos viñetas.
Este es un material 100% experimental. Mucho más experimental que Cages, el proyecto más ambicioso en la ilustre carrera de McKean. Casi todas estas historias nacen de necesidades expresivas, o de imágenes que invaden la mente del autor y exigen ser plasmadas en papel. Acá hay cosas raras de verdad, desde fumariolas inentendibles, hasta boludeces casi minimalistas. Y sí, claro, también hay grandes historietas, de esas que nos confirman que Cages no era un espejismo, y que McKean es un tipo con cosas interesantísimas para contar y un dominio del medio que le permite hacerlo con total efectividad. Por supuesto, todos sus intentos de crear historias grossas palidecen frente a lo sublime de su arte (no se puede decir “su dibujo”), pero hay algunas realmente buenas.
Ash es una especie de fábula introspectiva, metafórica y surreal, con unos textos de gran nivel y un arte muy en la línea de la increíble Mr. Punch. Black Water también tiene el clima de una fábula, pero más abstracta, más minimalista y más redonda en su remate. Acá Dave pela los óleos y la descose. Por supuesto, después mete texturas con el photoshop y todo se luce mucho más.
La del Ojo (se llama así, cada vez que tendría que aparecer el título aparece un ojo dibujado por McKean), decíamos, es la más extensa. Se trata de una historieta íntegramente dibujada con tinta negra sobre papel blanco, sin ningún tipo de efecto digital, y además… sin textos! McKean se tira a la pileta con una secuencia muda de 48 páginas en las que TODO nos lo narra el dibujo, así, crudo, seco, tipo Egon Schiele, parecido a lo que se veía en algunos pasajes de Cages, pero mejor, más contundente. Y la historia (hermosa, sutil, digna del mejor realismo mágico) no sólo se entiende perfectamente, sino que tiene la posibilidad de compartir el lucimiento con el dibujo.
Algo similar sucede con Bitten and Bruised, otra secuencia muda de 32 páginas, con blanco, negro y algunos grises aplicados en la computadora. El protagonista es el propio McKean y el guión es alucinante. La otra gran historia del libro es la última, His Story, un viaje también bastante autobiográfico por la nostalgia, la reflexión y la madurez que dan los años, pero con metáforas bellísimas y filosas y una mezcolanza de objetos, esculturas, texturas, tipografías y efectos que te volatiliza el cerebro. El resto por ahí se pasa de vanguardista a la hora de narrar, pero cumple más que satisfactoriamente a la hora de impactarnos y hacernos babear con esas imágenes totalmente únicas que, a pesar de su amplia diversidad de estilos, uno asocia de inmediato con Dave McKean.
Qué grosso que este genio británico, que triunfó en un montón de otros medios seguramente más rentables, siga apostando por el comic como ámbito en el cual expresarse y crear con libertad joyas como las que reúne este libro, y su segundo tomo, que esperamos se edite dentro de muy poco.

5 comentarios:

Berliac dijo...

El que pueda hacerse con este libro que lo haga hoy mismo si puede. Es increible.

el_bru dijo...

Es verdad, es IM-PRE-SIO-NAN-TE.
No me queda claro, o no estoy de acuerdo, o me incomoda la frase "se pasa de vanguardista"... No por defenderlo a Dave, sino por otra cosa que connota, un tufillo negativo como una piedrita en el zapato...

fmlobito dijo...

Grosso como Egon, pero sin la corrupción de menores!! El cebómetro subio 80 puntos tras esta reseña!!!

Andres Accorsi dijo...

Estimado el-bru, su suposición es exacta: la frase "se pasa de vanguardista" está usada con una connotación negativa. Está ahí para señalar que a veces los riesgos que toma McKean no terminan bien, sino que dan por resultado historietas algo herméticas, donde uno no termina de dilucidar qué carajo pasó ni por qué, o cómo encajan unas con otras todas esas hermosas imágenes que se nos presentan en secuencia, pero cuya relación no queda para nada clara.

Eloy Santillán dijo...

Creo que puede perdonársele el exceso de vanguardismo, es un tipo que prueba y prueba, y obviamente algunas cosas no van a salirle tan buenas, pero así y todo es muy difícil que una imagen suya te deje indiferente, y es por eso que este tipo esta entre mis artistas favoritos, aunque... como cineasta, admito que Mirrormask nunca termino de cerrarme, tal vez fue la supuesta falta de presupuesto de la pelicula, o tal vez fue que Gaiman pese a su desborde de fantasía muchas veces le patina con los ritmos al narrar (lo admito siendo fanática de Sandman).