el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 25 de marzo de 2010

25/ 03: LOKI


Bueno, otra historieta de Marvel en la que ganan los malos. ¿Se va marcando una especie de tendencia? ¿O será que es fácil impactar al lector con historias que arrancan con el héroe en la lona total y el villano bien agarrado de la manija? Lo cierto es que, después de casi 50 años de Universo Marvel, los villanos clásicos perdieron tantas veces y se comieron goleadas tan escandalosas que ya son sinónimos de fracaso. ¿Cuántos planes brillantes de Loki frustró Thor, de 1962 para acá? ¿25, 30? Entonces, ver a Loki ganador es más un espejismo que otra cosa. Está claro que –como todas las veces anteriores- el status en el que el Dios del Engaño es soberano de Asgard y el Dios del Trueno su cautivo, va a durar un ratito, no mucho más.
Pero un ratito bien escrito es algo que se agradece, y la verdad es que el trabajo del guionista Rob Rodi (a quien no conocía) me dejó muy conforme. El tipo se toma el trabajo de meterse en la retorcida psiquis de Loki, de analizar la relación con Thor y con el resto de los dioses asgardianos. Y se da cuenta de que para ganarle, lo único que se puede hacer es deconstruirlo. El giro del final, en el que entra en escena un personaje hasta ahora barrido abajo de la alfombra por todos los guionistas que metieron mano en los comics de Thor, es realmente poderoso. Y Rodi lo usa a la perfección, y aprovecha para darle profundidad a un aspecto de Loki y Thor que nunca se había explorado y que está muy piola. De los personajes ya muy curtidos, está claro que a Rodi le gusta mucho Hela y es sin duda la que sale mejor parada y mejor trabajada, a pesar de ser un recurso… raro dentro de la trama (perdón por no explicarlo, pero no quiero spoilear). A Thor, en cambio, nos lo muestra como un personaje muy, muy limitado.
Lo único criticable de la labor del guionista (aparte de haber estirado un poquito el desarrollo) es que los personajes no hablan en el inglés antiguo que se usa en los comics de Thor desde los tiempos de Stan Lee y Jack Kirby. Puedo vivir sin que Thor vocifere por enésima vez su clásico “I say thee nay!”, pero ¿por qué omitirlo? ¿Por qué no marcar desde esa sutileza en los diálogos el hecho de que estamos hablando de príncipes y deidades de un mundo fantástico, más allá del tiempo, el espacio y la realidad?
Por el lado del dibujo, hay algo más que dibujos. Tenemos las increíbles ilustraciones del croata Esad Ribic (un gordo grandote, con muy buena onda, que pasó por Buenos Aires en 2007, invitado a un evento que ni me acuerdo cómo se llamaba y donde le dieron escasísima bola). Ribic está claramente inscripto en la escuela del comic pictórico, aquella que en los ´80 tuviera como principales referentes a Kent Williams y Jon J. Muth. Había varios más, claro, pero Muth y Williams fueron los que mejor entendieron que esas majestuosas imágenes que brotaban de sus pinceles no iban a ir a parar a las paredes de un museo, sino que se iban a imprimir una al lado de la otra en una revista de historietas, con globitos y bloques de texto, y que por lo tanto tenían que servir para contar una historia. Ribic sigue esa tradición, la de los pictóricos que entienden algo de narrativa. Así nos permite engancharnos a full con el guión, sin competir con el mismo. Sus viñetas son de una potencia y una belleza magníficas, su paleta es precisa, ajustada al milímetro a los climas que propone la historia y los personajes tienen la plasticidad suficiente para no parecer estatuas, ni copias chotas de fotos, aunque uno supone que Ribic utiliza algún tipo de referencia fotográfica para dibujar la anatomía humana. Lo de Ribic es devastador desde las portadas hasta los bocetos que aparecen como complemento en el TPB.
Loki propone una interesante vuelta de tuerca al típico drama pseudo- shakespereano entre los cortesanos de Asgard, con revelaciones shockeantes, psicopateadas agudas y una zambullida sin red en la mente de un personaje que está ahí desde 1962 pero al que nunca nadie se había calentado en estudiar a fondo. Muy grosso.

2 comentarios:

Logan San dijo...

Debo admitir que compré el tomo recopilatorio de esta miniserie por la presencia de Ribic en Argentina, pero no me decepcionó. La historia es, al menos para mí que no tengo mucho bagaje de Thor, atípica en su planteo inicial, ya que el narrador comienza siendo Loki, y luego conforme va avanzando profundiza en la psiquis de varios personajes secundarios, excepto la del mismo Thor, lo cual me resultó copado. Lo que me hace un poco de ruido en Ribic es lo mismo que me jode de, por ejemplo, Alex Ross: es imposible no quedar boquiabierto con el hiper-realismo y el clima del arte de estos tipos, pero siempre me resultan artistas con una falencia para lograr una buena narrativa en una historieta, leo "Loki" y veo saltos enormes de una viñeta a otra. Igual, esta miniserie recontra garpa, ni hablar.

Renglón aparte para mi estupidez: llevé el tomo a la convención que mencionaste... y olvidé hacerlo firmar por Ribic. Soy un pelotudo importante, eso soy...

Nataniel Costard dijo...

Hola Andrés, descubrí tu blog hoy. Sólo quería decir que el hecho de que Thor no hable ese "inglés clásico", el que le adjudicaron Lee y Kirby, para mi tiene sentido. Por supuesto, utilizando una lógica realista, por llamarla de una manera, que no pega con todas las otras cosas lideradas por lo ilógico... pero bueno, me imagino que si yo tuviese que escribir una historia sobre el mundo fantástico de los antiguos dioses nórdicos -cuyo reinado real fueron los siglos de un sólo dígito- no los haría hablar como si estuvieran en una obra de Shakespeare, algo bastante más posterior, y que supongo que a Lee le habrá sonado algo así que a "como se hablaba antes"

Un saludo,
N.-